¿Eres de los que acostumbra usted a echar a los demás la culpa de lo malo que sucede? Pues por ese dilema no llegara a ningún triunfo o éxito. Mas bien piense: ¿Por que estoy en esta situación(problemas)? Un hombre se dispuso a entrar a un consejo o sociedad que se llama "Alcohólicos Anónimos" que a tantas personas a librado de vicios y tristezas. Le recibieron amablemente y le preguntaron: "¿A que causa le atribuye usted el haberse entregado al vicio del alcohol?" el enfermo respondió: "Pues miren, tengo una esposa fastidiosa que molesta a cada rato con obligaciones y deberes, una suegra chismosa y energúmena y...." le respondieron los compañeros "por favor no le eche la culpa a los demás, aquí no vamos a dar de golpes de pecho del vecino si no en nuestro propio corazón. Lo importante es saber que la culpa la tiene usted, en este asunto, por que mientras usted no reconozca su propia culpabilidad no es posible empezar su proceso de curación.
Y pocos meses después aquel hombre estaba regenerado. Por que supo echarse a si mismo la culpa de sus propios males, sin andar lanzando pedradas de culpabilidad a la casa de los vecinos.
Otro caso diferente donde una esposa llega con un sicologo.- "Doctor mi hogar esta pasando por problemas fuertes" - y ¿A que causas atribuye usted señora la destruccion de su hogar?
-Pues Doctor, es un hombre desalmado y frio, grosero, patan, un...
Un momento - le responde el psicólogo - Señora aquí no estamos para regañar a su esposo. Si el estuviera presente le reprocharíamos, pero como el esta ausente es perdida de tiempo criticarlo. Lo importante es saber es saber que culpabilidad tiene usted en este asunto, para poder dar soluciones contundentes a su relación y que estén a su alcance.
Y poco a poco la señora va reconociendo que ella carece de cariño, detallista con su marido así como en su forma de vestir y en ser mas simpática. Que le reprocha una falta que cometió, que ya se podía haber resuelto...que no ha rezado por el, ni se detiene a recordar las cualidades y los favores que el ha hecho. Cuando esta mujer se convence de que casi en todos los casos la culpa no es de uno solo, si no ambos y que ella si cambia y mejora, la tragedia de su hogar se va con convirtiendo en paz y calma y mas, si logra que su esposo consulte también al sacerdote o psicólogo y empiece a echarse así mismo la culpa de las malas andanzas de su hogar sin recargarle la culpa exclusivamente a su esposa.
Así que la tercera formula consiste en no andar echando a los demás la culpa de lo desagradable que nos sucede, si no mas bien en averiguar que responsabilidad tenemos nosotros también en este asunto, Así se cumplirá en nosotros una promesa muy agradable de Jesús: "Si no condenais a los demás no sereis condenados por Dios (S. Mateo 7)".