Este es el título de un libro que se ha hecho mundialmente famoso. Se basa en la “Fórmula de la felicidad y del buen genio que enseñó Jesucristo cuando dijo: “No os afanéis por el día de mañana. Bástale a cada día su propio afán”. Los psicólogos dicen que si la gente cumpliera este mandato divino se desplomarían los hospitales que atienden enfermos nerviosos y se acabarían las úlceras y las jaquecas. Porque, ¿qué día es tan largo tan desesperante que pueda acabar con nuestra salud mental? Pero lo que nos agobia es el afán por los días que no han llegado y que quizás nunca lleguen. Sólo por este día: trabajaré con toda mi alma y no perderé tiempo en tonterías o en charlas inútiles que de nada aprovechan. Sólo por este día: cumpliré mi deber con el mayor esfuerzo. Por la mañana no me afano. Cuando llegue el mañana lo convertiré en “hoy” y trataré de portarme bien. Pero por ahora solo me interesa el “hoy” que es mi único tesoro en cuanto a tiempo. Sólo por este día: trataré de leer, de perfeccionar mi formación espiritual e intelectual con lecturas formativas y dedicando tiempo a la meditación. Pero no dejaré pasar el “Hoy” sin hacerlo. Por este día: cuidaré de la salud de mi organismo: Haré ejercicio físico y me alimentaré con verduras, frutas, leche, carne y queso. Respiraré hondo, me levantaré a tiempo, me daré un buen baño y trataré de no trasnochar y no dedicarme a vicio alguno. Solo pro este día. Mañana, ya repetiré el propósito que hice hoy. Pero hoy me preocupo sólo por hoy. Por este día trataré de presentarme bien, porque el vestirse bien lleva ánimo al corazón. Trataré de ser lo más agradable posible en mi trato y de presentar un rostro risueño y amable que alegre el corazón de los demás.
Por este día me abstendré de criticar y seré generoso en felicitar y alabar. Trataré de no buscar defectos en los otros y de esforzarme sí por recordar sus cualidades. Quiero vivir hoy solo este día y no echarme encima el peso insoportable de toda una vida al mismo tiempo. Doce horas soy capaz de aguantarlas, pero si me pongo a afanarme desde ahora por los miles de horas que me esperan, entre todas ellas me va a sofocar. Por este día trataré de hacer un programa y un plan de lo más importante que debo hacer, y en orden de importancia. Recordaré que esa fue la idea que le valió cinco mil dólares al secretario del gran empresario Schaw. Un día se acercó a su jefe y le dijo: “Le vendo una idea que le conseguirá maravillas. ¿Cuánto me ofrece por ella? Schaw le respondió: “escríbala y le pagaré lo que ella valga”. – Y el otro escribió: “Cada día haga un plan con la lista de trabajos que tiene qué hacer, en orden de importancia, y hágase en ese orden”. A Shaw le pareció tan formidable esa idea que le firmó en seguida un cheque por cinco mil dólares. Yo quiero practicar ese consejo desde hoy: cada día hacer la lista de trabajos que tengo que hacer, y hacerlos en orden de importancia. Por este día quiero separar un tiempo para mi descanso, y para la soledad. Recuerdo que la suegra de Rockefeller le decía a hija: “Ese marido tuyo es un haragán. Descansa diez veces por día”. Y era verdad. Pero el gran economista y empresario descansaba de vez en cuando para poder consagrarse luego con más energía y vigor a sus grandes obras y negocios. Yo sé que “persona cansada es persona malgeniada”. Por eso desde hoy dedicaré de vez en cuando unos minutos para descansar. Y quiero tener ratos de soledad. En el bullicio y la conversación no puedo meditar. En el silencio se multiplican por diez mis capacidades intelectuales. Por este día quiero no tener miedo al futuro, porque como decía Henry Ford: “Dios sabe todo lo que me hace falta, y Él necesita de mis consejos”. Y no tendré tristezas por el pasado, porque el profeta David me dice: “Como está lejos el oriente de occidente, así aleja Dios de nosotros nuestros pecados, y no nos castiga como merecen nuestras culpas si le pedimos perdón” (Salmo 102). Solo quiero tener: alegrías para el presente. Quiero amar y apreciar mi vida, mi trabajo, mis cualidades, mi familia, mi ciudad, mis amistades, mi religión y mi patria. Por este este día quiero darme el lujo de vivir con alegría y optimismo. Aunque sea solo por este día quiero apreciar algo de los valores y amabilidades que tiene esta vida, y darme el gusto de vivir contento de mí mismo y de lo que me rodea.