Usted no es menos que nadie en el mundo. Usted puede estrecharle la mano al Presidente de la República, o al Romano Pontífice, o a Miss Universo o a un Campeón Mundial y decirle: “Lo felicito por lo mucho que Ud. vale, pero le comunico que yo no valgo ni medio centímetro menos que Ud.”. Y así es en realidad. ¿Qué son hijos de Dios? Ud. también lo es. ¿Qué son hermanos de Cristo y herederos del cielo? Ud. también. ¿Que su espíritu fue creado a imagen y semejanza de Dios? El de Ud. también lo fue. Recuerde lo que ya dijimos: El día en que el Creador dispuso formarle a Usted su espíritu se miró en Él al espejo y conforme al retrato o imagen de Dios, así le creó su alma inmortal. Una vez más le repetimos un consejo: si alguna vez puede, lea el libro “El tesoro más grande del mundo” de Og Mandino, o aquel formidable libro que a tantas personas ha llenado de alegría, optimismo y paz, y que se llama “Secretos para triunfar en la vida”, de E. Salesman. La lectura de estos libros le arrancará de cuajo el tumor más espantable que se le pueda formar en el cerebro que es el “Complejo de inferioridad”. La mentida más dañosa que Ud. se puede inventar es decirse: “Valgo menos que los demás”. Eso es una canallada decirlo y una brutalidad suicida el aceptarlo. Los demás valen mucho, es verdad. Pero Ud. no vale menos que ninguno. No olvide nunca esta inmensa verdad. El complejo de inferioridad es una emoción negativa que nos puede poner enfermos, nos hace inseguros, frustrados, angustiados y llenos de temores. Pero lo peor de todo es que el complejo de inferioridad es una mentira, y Cristo dijo que toda mentira viene del demonio que es el padre de la mentira.
Quien tiene complejo de inferioridad vive triste, se siente rechazado y lleno de desilusiones.